
Un avión filipino arrojó una bomba accidentalmente, mató a 11 soldados e hirió a otros siete.
Autoridades del ejército filipino informaron que el error se dio en momentos en que las fuerzas armadas trataban de poner fin al asedio de un grupo islámico en un pueblo al norte del país.
El avión estaba realizando misiones sobre posiciones de los milicianos en Marawi este Miércoles, cuando una bomba accidentalmente cayó sobre soldados que protagonizaban combates cuerpo a cuerpo con los milicianos, dijo el portavoz militar, brigadier general Restituto Padilla.
El avión había realizado tres bombardeos exitosos antes de cometer ese error, agregó.
“Es penoso, es muy lamentable que hayamos bombardeado a nuestros propios soldados. A veces, en la confusión de la guerra, ese tipo de cosas pasan”, dijo el ministro de defensa Delfin Lorenzana.
Antes la aviación usó bombas “teledirigidas” sobre las zonas urbanas de Marawi, pero tuvo que usar las bombas convencionales cuando se les acabaron aquéllas.
Lorenzana dijo que unos 500 milicianos, entre ellos extranjeros, están participando en el asedio a Marawi, una ciudad surcada de mezquitas que es el centro del islam en el sur de las Filipinas.
Un total de 120 milicianos han muerto en los combates desde el 23 de mayo, cuando el fallido intento de las fuerzas oficialistas por capturar uno de los combatientes islámicos más buscados de Asia, Isnilon Hapilon, desató el asedio de la ciudad.
25 de los rebeldes muertos eran filipinos, dijeron funcionarios militares. Otros ocho eran extranjeros, entre ellos un checheno, un yemení, y varios malasios e indonesios, dijo Lorenzana.
El jefe de las Fuerzas Armadas general de Filipinas Eduardo Ano ordenó una investigación, para deducir la responsabilidad de los implicados.
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