
Autoridades chinas declararon este Viernes oponerse a la venta de armas estadounidenses a la isla de Taiwán, que Pekín considera una de sus provincias.
El Gobierno de Estados Unidos autorizó la venta de armas por un valor de $1.3 millones al Gobierno de Taipéi.
La transacción incluye también actualizaciones de armamento que ya están en posesión de Taiwán, como la de un radar de defensa aérea y un sistema de guerra electrónica.
“Pekín protestó solemnemente ante EEUU. Taiwán es una parte indisociable del territorio chino y estamos firmemente opuestos a esta venta de armas”, declaró Lu Kang, un portavoz del Ministerio de Exteriores de China
La isla de Taiwán está separada políticamente de China desde el final de la guerra civil china, en 1949. China considera la isla como una de sus provincias y no renunció al uso de la fuerza para reconquistarla.
La reacción de Pekín se produce después de la de la Embajada de China en Washington, que estimó que la venta “perjudicaría la confianza mutua y la cooperación entre China y EEUU”.
El presidente chino, Xi Jinping, se reunió en abril con su homólogo estadounidense, Donald Trump, en la residencia privada del multimillonario republicano en Florida. Las relaciones bilaterales parecían entonces que habían mejorado un poco.
Sin embargo, las buenas relaciones podrían haber terminado, sobre todo porque Trump cambió de tono el Jueves ante Pekín en la gestión de la cuestión nuclear norcoreana, quien anuncio por primera vez sanciones contra un banco chino acusado por Washington de llevar a cabo actividades ilícitas con Corea del Norte.
De acuerdo con el anuncio del Pentágono el Jueves, la venta del armamento incluye bombas teledirigidas, misiles y torpedos.
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