
El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, fue condenado este miércoles a nueve años y medio de prisión, por los delitos de corrupción y lavado de dinero.
El juez Sergio Moro, lo condenó este día tras una investigación surgida por una vivienda de lujo que habría sido entregado al dirigente del Partido dos Trabalhadores (Partido de los Trabajadores o PT).
El juez federal también determino que el ex mandatario recibió sobornos de la empresa constructora OAS, una de las más grandes del país brasileño.
Donde entre las ventajas recibidas por Lula figuran además un lujoso apartamento tríplex de 215 metros cuadrados en un complejo nuevo en Guarujá, en el litoral del estado de San Pablo; A cambio de estos favores, el ex presidente y líder sindicalista, habría facilitado contratos millonarios a esa compañía con Petrobras, esto según la investigación realizada.
Por tal razón, la justicia brasileña apuntó a Lula actuó como el artífice de este esquema de corrupción que salpicó a su gobierno y al de su sucesora Dilma Rousseff durante más de una década.
Con esta condena, el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) se convirtió en el primer presidente brasileño condenado de la historia.
Según la sentencia a la que tuvieron acceso periodicos brasileños, Lula “participó conscientemente del esquima criminal, inclusive tenía consciencia de que los Directores de Petrobras utilizaban sus cargos para recibir ventajas indebidas en favor de agentes políticos y partidos políticos“.
Donde se añade: “De estos valores (los aportados por OAS) 3.738.738 reales fueron destinados específicamente al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva“. Ese sería el valor que tiene el tríplex en cuestión recibido de manos de uno de los ejecutivos de la compañía más otra de más de un millón de reales.
Cabe mencionar, que junto al ex presidente brasileño, también fueron condenados por el mismo delito de corrupción pasiva y lavado de dinero José Adelmário Pinheiro, hijo del presidente del Grupo OAS, Franklin Magalhaes Medeiros, director de esa firma, y otros ejecutivos. También a Paulo Tarciso Okamoto, presidente del Instituto Lula.
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