Juli Briskman, la mujer que hace unos días le mostró el dedo medio a Donald Trump mientras conducía su bicicleta al lado de la caravana presidencial, fue despedida de su trabajo.

Según reportó una cadena estadounidense el 28 de octubre un fotógrafo la retrató mostrándole el dedo al Presidente de Estados Unidos mientras manejaba su bicicleta cerca de su limosina. Ella, orgullosa de su osadía colocó la imagen en el perfil de sus redes sociales, lo cual no pasó desapercibido por sus empleadores, quienes convocaron una reunión con ella.

La experta en mercadeo y medios sociales que vive en Virginia, admitió en esa junta que efectivamente fue ella la protagonista de la foto que se hizo viral y, según declaró a un medio, los ejecutivos le comunicaron que clasificaban la imagen como “obscena” o “lasciva” y que al compartirlas en sus cuentas personales de Twitter y Facebook, había violado las políticas de redes sociales de la compañía, por lo que fue despedida.

A pesar que en su perfil de Twitter Briskman aclara que todos sus tuits sólo la representan a ella y que, según afirma, aclaró en esa junta que no solo no mencionó a la empresa en sus redes sociales sino que además no había estado en el horario de trabajo cuando se le tomó la fotografía.

La mujer asegura que en un incidente diferente, a un colega masculino se le permitió mantener su trabajo después de haber publicado y borrado un mensaje considerado ofensivo. A la vez pregunta por qué ella sí fue despedida inmediatamente de su puesto.

La mujer llevaba seis meses trabajando en comunicaciones de esa firma, la cual es contratista del gobierno y se especializa en proveer servicios federales y comerciales de tecnología de la información, ingeniería de sistemas, desarrollo de software, seguridad cibernética y operaciones espaciales y de aviación, entre otras cosas.