Según fuentes policiales, fueron varias canastas, botellas de vodka Finlandia y wisky Johnny Walker las que estaban programadas para que se rifaran ese día.

Las rifas fueron patrocinadas por el jefe del principal grupo de élite de la Policía Nacional Civil, el Grupo de Reacción Policial (GRP), subcomisionado Julio César Flores Castro y su invitado especial, el comisionado Orlando Parada Batres, jefe en funciones de las Áreas Especializadas, indicaron fuentes policiales.

La fiesta en la sede del GRP fue autorizada por escrito por Parada Batres, ya que su jefe, el comisionado Mauricio Arriaza Chicas, se encontraba fuera del país. El Comisionado Howard Cotto -en su momento- también afirmó la autorización de esta fiesta, pero que el licor que en esta había, no estaba dentro de lo planteado.

Mientras la fiesta se desarrollaba con naturalidad, baile, comida y bebidas; Carla Mayari Ayala Palacios y otra colega ya estaban en la fiesta bebiendo cerveza y licor, dicen las fuentes. Aunque la otra agente negó esta versión cuando brindaba declaraciones en el Juzgado.

Las canastas y las botellas se rifaron, una a una, algunas de las cuales no duraron mucho tiempo selladas, pues los policías decidieron compartirlas con sus colegas. Ya estaban en una fiesta. Fueron al menos 8 botellas de vodka y 2 de wisky, que fueron entregadas por los dos jefes policiales.

La mezcla de esta fiesta con el licor ha sido nombrada la principal causa de lo que sucedió después. Ahora un agente del GRP esta prófugo -ofrecen $5,000 dólares a quien de información sobre su paradero-, un agente quien supuestamente resultó lesionada y que aún esta desaparecida, 4 agentes más capturados y dos familiares quienes deberán pagar una multa de $2,000 para que puedan seguir siendo procesados en libertad.