
Fue un 13 de enero de 2001 cuando el reloj marco las 11:33 que un terremoto de magnitud de 7.7, con duración de 45 segundos, estremeció las costas salvadoreñas, dejando a su paso innumerables perdidas, tanto humanas como materiales.
Según los registros obtenidos en esa fecha, fueron 944 fallecidos, 193 soterrados, 125 desaparecidos; 5,565 heridos, 1,364,160 damnificados, 68.777 evacuaciones, 39,000 desempleos y 24,000 pescadores artesanales afectados.
Tras esta devastación, un aproximado de 277,953 viviendas incluyendo 688 soterradas, 32 mil micro y pequeñas empresas, 1,385 escuelas ( de estas 109 destruidas por completo), 94 hospitales, 1,155 edificios públicos, 16 penitenciarías, 43 muelles, 98 monumentos nacionales y aproximadamente la cuarta parte de carreteras pavimentadas; quedaron destruidas.
Este terremoto dejó a El Salvador la mayor catástrofe del siglo XXI. La hecatombe provocó una gran destrucción, principalmente en 172 de los 262 municipios, aunque el alud de tierra que acabó con la vida de cientos de salvadoreños en la colonia Las Colinas es el que más víctimas causó y se convirtió en símbolo de la tragedia, misma, que cada 13 de enero revive el dolor y recuerdos de este día.
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