
Unos 200 civiles, entre ellos 60 niños, murieron desde el domingo por los violentos bombardeos de las fuerzas del régimen sirio contra el bastión rebelde de Guta Oriental, cerca de Damasco, capital de Siria.
El balance de la ofensiva en el último feudo de ese país, es de 17 muertos el domingo, 127 el lunes y 50 este martes, de los cuales 60 son niños indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), pese a los llamamientos de la ONU a poner fin a este “sufrimiento sin sentido”.
“Ninguna palabra puede hacer justicia a los niños asesinados, a su madres, a sus padres y a su seres queridos”, dijo Unicef en un comunicado publicado este martes.
Por su parte, la oposición siria en el exilio denunció “una guerra de exterminio” y el “silencio total” ante los “crímenes” del régimen del presidente Bashar Al Asad, en la guerra que empezó hace casi siete años.
La jornada del lunes “fue una de las peores de la historia de la crisis actual”, dijo a una cadena internacional un médico de la zona que se identificó como Abu Al Yusr.
Pocas horas antes, el coordinador de la ONU para la ayuda humanitaria en Siria, Panos Moumtzis, pidió el “cese inmediato” de los bombardeos y recordó que en esta región viven cerca de 400 mil personas en condiciones muy precarias.
A pesar de ello, los bombardeos siguieron este día y muchas familias aterrorizadas buscaban refugió en bodegas y sótanos, informaron medios locales.
De acuerdo con los expertos, el conflicto en Siria es el de mayor envergadura que ahora mismo tiene la comunidad internacional.
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