
Tras la finalización del juicio de hoy contra Raúl Mijango y otros 18 imputados más, acusados por extorsión en modalidad continuada, el Tribunal reveló detalles de cómo era el modus operandi de los 19 implicados en el caso.
Según la información que detallas las indagaciones el cometimiento del delito inició en el año 2010. En ese entonces la empresa ingresaba a ciertas comunidades para vender. El movimiento se empezó a dar luego que pandilleros que operaban en el sector le impusieran una cuota a cambio no atentar contra sus vidas. El acuerdo era que, cada final de mes deberían pagar un monto de 18 mil dólares.
Sin embargo, para llevar la fiesta en paz, el imputado (Raúl Mijango) convocó a la víctima y a representantes de las tres pandillas con el objetivo hacer una especie de consenso bajar la extorsión de 18 mil dólares a 6 mil mensuales en productos en mercadería.
Luego que el acuerdo había sido aceptado por las tres partes, la extorsión se iba a dividir en partes iguales entre las pandillas para que iniciaran un negocio, que se emplearan a familiares de las tres estructuras y la ganancia era para los terroristas.
Pero fue hasta 2015, que en un operativo la Policía Nacional Civil (PNC) realizó un allanamiento en la casa de la esposa de Rubén Antonio Rosa Lovo, apodado como “Chivo de los Centrales”.
En ese lugar encontraron una gran cantidad de mercadería (arroz) y la mujer que se encontraba dentro de la vivienda les dijo que era propiedad del señor Mijango. Por tanto, le ordenaron llamar al imputado para confirmar la versión y efectivamente él les confirmó que (la mercadería) era de su propiedad.
A raíz de eso, cambiaron la modalidad de la extorsión y exigían esos seis mil dólares ya no en mercadería, sino que a través de cheques.
El dinero se utilizaba en pagos para la oficina jurídica y los gastos generales de la pandilla y para el pago de los abogados que defendían a los que están detenidos.
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