
Cuatro de los 12 niños atrapados junto a su entrenador en la cueva Tham Luang de Tailandia, ya fueron rescatados y trasladados hacia el Hospital general de Chiang Rai.
Pero esta tarea no ha sido fácil, el exbuzo y exrescatista británico Geoff Crossley definió la operación como “una tarea extremadamente difícil”. No solo porque tienen que lidiar con el agua sin no que tiene que lidiar con superficies muy angostas e incluso escalar y cuidar que el oxigeno no se acabe en el camino.
En definitiva es una ardua tarea. A los rescatistas profesionales les tomó 11 horas completar cada viaje de ida y vuelta hasta el lugar donde se encuentra el grupo: seis horas en la ida y cinco en la vuelta. Según el gobierno, podría tardar hasta cuatro días sacar a todo el grupo.
Entre la zona donde están los equipos de emergencia y los chicos hay cuatro kilómetros y un desnivel de casi 1.000 metros, con tres zonas completamente inundadas.
Los especialistas desplegados «son los mejores del mundo», explica que, probablemente, cada chico va con dos buceadores: “Cada unidad de rescate tiene su propia manera de hacer estas cosas, pero imagino que van dos y que en medio llevan al niño y van muy juntos”, aseguran las autoridades.
El equipo de rescate está formado por 5 buzos tailandeses y 13 extranjeros. La salida se organizó en tres grupos, con cuatro niños y ocho buzos por grupo. El entrenador saldrá de último.
Los rescatistas han ido sacando a los adolescentes de forma escalonada, de uno en uno. El gobierno de Tailandia especificó que se proveerá a los niños con tanques de oxígeno y máscaras completas.
Mantener a los niños tranquilos durante el rescate es esencial, dijo Crossley.
Todos los niños rescatados han sido evacuados con destino al hospital general de Chiang Rai, donde aguardan ansiosos los padres de los menores.
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