
La violencia domestica y el acoso por parte de las pandillas ya no son justificantes para solicitar asilo, luego de la aplicación de la política “tolerancia cero”, implementada por el gobierno de Donald Trump.
Una ciudadana hondureña identificada como Patricia Aragón, de 41 años de edad que se encuentra detenida en el centro de detención de migrantes de Port Isabel, aseguró verse afectada con dicha decisión.
La mujer, que es originaria de San Pedro Sula (Honduras) cuenta que optó por migrar a Estados Unidos (EE.UU), luego de ser asaltada y violada por un pandillero, el cual la amenazó con matarla a ella y su hija de nueve años de edad.
El pasado 11 de junio, el fiscal general de los EE.UU, Jeff Sessions, ordenó a los jueces de inmigración que desestimen pedidos de asilo por violencia doméstica y de pandillas, dos causales que para el gobierno no están incluidos en los cinco motivos señalados por la ley.
Según el funcionario estadounidense las razones para solicitar asilo son persecución por raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social en particular u opinión política.
De acuerdo con diversos registros, desde el 2013, una oleada sin precedentes de migrantes originarios del denominado Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras), ha emprendido viaje a los EE.UU para escapar de la violencia doméstica, de pandillas y la pobreza, y poner sus vidas bajo el resguardo del gobierno estadounidense.
Durante el anuncio de la nueva medida Sessions se quejó que había numerosos pedidos de asilo “falsos” y sentó un nuevo precedente al anular el asilo de una mujer salvadoreña identificada con las iniciales A.B. que le había escapado a más de una década de abuso doméstico.
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