
El entrenador de fútbol y los 12 niños miembros de un equipo de fútbol de Tailandia, salieron del hospital y hablaron sobre cómo quedaron atrapados en la cueva y por qué ingresaron.
De acuerdo a las declaraciones del entrenador, Ekkapol Chantawong, dijo que al terminar el entreno algunos de los niños sugirieron ir a la cueva, “y dije sí, claro”, detalló. Pero cuando ya estaban muy adentro la inundación creció. “Les dije que era mejor volver y regresar otro día, pero la situación se complicó”, relató Ekkapol.
“No hubo forma de llegar hasta la salida”, contó el joven de 25 años.
Luego del partido, “fuimos a la cueva. Teníamos curiosidad, muchos no habían estado allí”, explicó Eka, confirmando que cedió al pedido de los niños.
También afirmó que anteriormente tenía Eka ya había ingresado a la cueva, admitió que fue con tres jóvenes de similares características a las del equipo de fútbol. “Teníamos una hora para entrar y salir”, indicó, mostrando que tenía conocimiento de la zona.
Luego que el agua empezara a inundar el lugar sugirieron nada para salir, pero algunos no sabían nadar muy bien a pesar que regularmente después de los entrenos solían ir a nadar.
Sin embargo, la situación se complicó cuando estaban nadando de regreso a la entrada. Uno de los chicos gritó que había mucha agua. Otro preguntó si estaban perdidos. “Eso no era posible, solo había un camino. Fui a revisar. Tomé una cuerda y les dije que si la tiraba dos veces, era el camino correcto y debían seguirme”. Pero no hubo forma de llegar hasta la salida.
“No teníamos miedo en ese momento, pensabamos que al día siguiente bajaría el agua”.
Por fortuna, el joven había pasado años en un templo budista se concentró en tranquilizar al grupo. “Traté de apoyar a los niños, pensar en soluciones y buscar agua limpia. Bebíamos de lo que caía entre las piedras, pero no teníamos comida”, explicó.
Luego de ser localizados, un médico del Ejército tailandés que permaneció al lado de los 12 jóvenes futbolistas y su entrenador en la cueva de Tham Luang, provincia de Chiang Rai. Él reveló que los niños lograron cavar un agujero de cinco metros de profundidad a pesar de que no tuvieran nada para comer, informa Bangkok Post este lunes.
“Todos los días los niños cavaban un agujero en una pared con fragmentos de roca para encontrar una salida”, según Loharachun.
Asimismo, el doctor elogió al entrenador, Ekkapol Chanthawong, por hacer todo lo posible para proteger a los jóvenes.
Loharachun también escribió que el entrenador tiene “un hermoso corazón”, ya que desde el primer día le dio toda su comida a los jóvenes.
El doctor, quien había sido elegido para estar junto a los niños debido a sus habilidades médicas y de buceo, permaneció con las 13 personas atrapadas hasta que los rescatistas las encontraron el 2 de julio. Fue el último en salir de la cueva.
“Fue un milagro”, concluyó uno de los pequeños futbolistas.
Comentarios