Manifestaciones han paralizado las actividades cotidianas de las principales ciudades de Haití con saldo de al menos siete personas fallecidas y decenas de heridas.

Desde el comienzo de las protestas que exigen la salida del presidente haitiano Jovenel Moïse, quien ha incumplido sus promesas y agravado la pobreza en ese país. Mientras que el mandatario permanece en silencio.

La ola de fuertes y violentas protestas comenzaron el jueves, entre la policía de Haití y jóvenes manifestantes, provenientes mayoritariamente de los barrios populares.

Las protestas durante estos 7 días han sido intensas y prolongadas: mientras los primeros disparaban gases lacrimógenos, los segundos lanzaban piedras y todo tipo de objeto dañino.

Personas que no han participado de las manifestaciones también han resultado afectada, algunos comercios fueron saqueados en los alrededores de la mayor plaza del país, donde culminaron las manifestaciones.

Haití atraviesa desde el 7 de febrero una profunda crisis política. Las actividades están paralizadas por manifestaciones populares en las principales ciudades de Puerto Príncipe, la capital de Haití.

El martes, 78 detenidos en una pequeña prisión al sur del país aprovecharon la revuelta para fugarse de prisión. La ira popular tiene como principal blanco al presidente Jovenel Moïse, en el poder desde 2017.