Agentes del FBI llegaron el jueves a la capital libanesa de Beirut para apoyar con la investigación sobre la terrorífica explosión que ocurrió  el pasado 4 de agosto, dejando más de 150 muertos y miles de heridos.

Muchos libaneses quieren que la investigación esté fuera de las manos del gobierno libanés, sobre todo tras reciente publicación de una carta que informaba del peligro del depósito de nitrato de amonio, 15 días antes de la explosión.

En la carta alertaban de que el fertilizante altamente explosivo “si era robado podía ser usado para un atentado terrorista” y “si explotaba podía llegar a destruir Beirut”, pero las autoridades del Líbano hicieron caso omiso de la advertencia.

Fueron casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio las que explotaron, que habían llegado en un barco con bandera moldava en 2013 donde quedó confiscado por problemas técnicos.

Sube a 154 el número de muertos tras explosión en puerto de Beirut