
El director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Robert Redfield, emitió este martes una orden para que el Gobierno de Estados Unidos comience a exigir una prueba negativa de COVID-19 a cada visitante que quiera ingresar al país.
La decisión fue tomada luego que el CDC en coordinación con la Casa Blanca estudiara las implicaciones de la medida durante semanas.
A pesar que las pruebas no eliminan todos los riesgos, la solicitud será combinada con un periodo de aislamiento y precauciones diarias como el uso de mascarillas y el cumplimento de la distancia social, con el fin de “hacer los viajes más seguros”.
La orden, que entrará en vigor el 26 de enero próximo, también incluye a los ciudadanos norteamericanos que busquen retornar al país, quienes deberán obtener el test negativo dentro de los tres días previos a la fecha del viaje y presentarlos a la aerolínea.
Los CDC también recomendaron testearse entre tres y cinco días luego de llegar a destino y aislarse durante una semana.
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